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25 buenas razones para abolir la psiquiatría

Reproducimos en español, esta declaración de la autoría de Don Weitz, sobreviviente de la psiquiatría y activista por 24 años en el movimiento de liberación de la psiquiatría. Fue publicada originalmente en el blog del CCHR Int —Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos Internacional —, el 21 de Marzo de 2011. El original, en inglés, lo encuentras en este enlace.
 

 

  1. Porque los psiquiatras son causa frecuente de daño, incapacidad permanente y la muerte —muerte del cuerpo-mente-espíritu.
  2. Porque los psiquiatras con frecuencia violan el juramento hipocrático, al que se obligan todos los médicos: “me abstendré de hacerles daño”.
  3. Porque los psiquiatras tratan con condescendencia y des-empoderan a las personas, especialmente a sus pacientes.
  4. Porque la psiquiatría no es una ciencia médica.
  5. Porque la psiquiatría es charlatanería, una pseudo-ciencia que carece de pruebas de diagnóstico independientes, de hipótesis comprobables, y de curas para la “esquizofrenia” y cualquier otro tipo de supuesta “enfermedad mental” o “trastorno mental”.
  6. Porque los psiquiatras no pueden predecir con precisión y confiabilidad la peligrosidad, la violencia, o ningún otro tipo de comportamiento humano y aún así se declaran “testigos expertos” y, con los medios de comunicación, promueven el mito/estereotipo del “enfermo mental peligroso”.
  7. Porque los psiquiatras han causado una epidemia mundial de daño cerebral mediante la promoción y la prescripción de tratamientos que incapacitan el cerebro, como los neurolépticos, antidepresivos, lavado de cerebro electroconvulsivo (electroshock), y psicocirugía (lobotomía).
  8. Porque los psiquiatras manufacturan cientos de “trastornos mentales” y los clasifican en su Biblia –llamada “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales” (un manual moderno de caza de brujas)– como “trastornos mentales” y “síntomas”, cuando son en realidad juicios morales negativos, cultural y socialmente sesgados de formas disidentes de hacer frente a problemas personales y a formas alternativas de percibir, interpretar o ser en el mundo.
  9. Porque los psiquiatras, cegados por sus prejuicios basados en un modelo médico, patologizan y etiquetan, de modo fraudulento, graves crisis existenciales o de la vida de las personas como “síntomas” de “enfermedad mental”, como “trastorno mental”, como “esquizofrenia”, “trastorno afectivo bipolar”, o “trastorno de la personalidad”.
  10. Porque los psiquiatras aumentan el fraude afirmando falsamente, sin pruebas científicas, que estos “trastornos mentales” son causados ​​por un “desequilibrio bioquímico” en el cerebro, por factores genéticos o “predisposición genética”, a pesar de que no hay factores genéticos en la “enfermedad mental”.
  11. Porque los psiquiatras con frecuencia desinforman a sus pacientes, a sus familias y al público. Afirman que procedimientos que incapacitan el cerebro, como las neurotoxinas (por ejemplo, “los fármacos antipsicóticos” y “antidepresivos”), el lavado de cerebro electroconvulsivo (terapia electroconvulsiva/”ECT”), la psicocirugía (lobotomía) y otros procedimientos de modificación conductual-control mental son “seguros, eficaces y salvan vidas”. Trágicamente, la verdad es todo lo contrario.
  12. Porque los psiquiatras rutinariamente engañan o mienten a los pacientes, los presidiarios, sus familias y el público.
  13. Porque los psiquiatras rutinaria y deliberadamente violan el principio médico-ético de “consentimiento informado” al desinformar o no informar a sus pacientes acerca de los numerosos efectos tóxicos, incapacitantes y con frecuencia permanentes de los neurolépticos; como pérdida de la memoria, la discinesia tardía, psicosis tardía, parkinsonismo, demencia (todos, signos de daño cerebral) y la muerte.
  14. Porque los psiquiatras rutinariamente amenazan, intimidan o coaccionan a muchos pacientes -especialmente mujeres, niños, ancianos, y presidiarios- para que acepten “tratamientos” que amenazan su salud y causan daño cerebral, como antidepresivos, neurolépticos, lavado de cerebro electroconvulsivo, y experimentos de alto riesgo.
  15. Porque los psiquiatras con frecuencia no informan a los internos psiquiátricos ni a los presidiarios sobre alternativas no-médicas, seguras y humanas existentes en la comunidad, tales como centros de crisis controlados por sobrevivientes, centros de atención de abandono, grupos de defensa o de autoayuda, dieta, masajes, medicina holística, centros económicos de apoyo y empleos.
  16. Porque los psiquiatras son frecuentemente sexistas, al estereotipar mujeres en crisis como “histéricas” ​​o “sobre-emocionales”, culpando a las mujeres cada vez que ellas expresan quejas reales y manifiestan asertivamente sus sentimientos y emociones, prescribiéndoles dosis masivas de tranquilizantes y antidepresivos, utilizándolos en un número desproporcionadamente grande de mujeres, y agrediendo sexualmente a las mujeres en sus consultorios e instituciones.
  17. Porque los psiquiatras, particularmente los varones blancos, son homofobos –la Asociación Psiquiátrica Americana (APA), etiquetó una vez la homosexualidad como “enfermedad mental” o “trastorno mental”- y han utilizado electroshock forzoso en lesbianas, tratando de obligarlas a adoptar un estilo de vida heterosexual.
  18. Porque los psiquiatras discriminan a los envejecientes, prescribiendo tranquilizantes, antidepresivos (“medicación”) y lavado de cerebro electroconvulsivo de forma desproporcionada a un gran número de personas de edad avanzada: una forma de maltrato a personas mayores.
  19. Porque los psiquiatras son racistas, al encarcelar y drogar en forma desproporcionada a las personas de ascendencia africana, y de otras ascendencias, así como etiquetándolas como “psicóticas” o “esquizofrénicas”.
  20. Porque los psiquiatras rutinariamente violan los derechos civiles, los derechos humanos y los derechos constitucionales de la gente, al encarcelar a personas inocentes sin juicio ni audiencia pública (“confinamiento involuntario”), y sometiéndolos a castigos crueles e inusuales y a torturas, como administración de drogas por la fuerza, lavado de cerebro electroconvulsivo, psicocirugía, confinamiento solitario, “inmovilización química”, y arneses de sujección de 4 o 5 puntos.
  21. Porque los psiquiatras fueron los autores intelectuales del asesinato en masa de cientos de miles de personas vulnerables –incluyendo niños discapacitados, ancianos y pacientes psiquiátricos– durante el Holocausto en la Alemania nazi, y “seleccionaron” cientos de miles de prisioneros de campos de concentración para la muerte (en el programa “Eutanasia Aktion T4″) -hechos históricos todavía omitidos en los libros de texto y la historia psiquiátrica.
  22. Porque los psiquiatras han participado voluntariamente en la administración y en experimentos de control mental en los Estados Unidos y Canadá desde principios de la década de 1950 -sus objetivos principales han sido pacientes pobres, mujeres, disidentes y presidiarios.
  23. Porque la psiquiatría, en particular la psiquiatría institucional-biológica, se basa en el miedo, el fraude, y la fuerza.
  24. Porque la psiquiatría es una forma de control social o castigo -no de tratamiento.
  25. Porque la psiquiatría, en particular la psiquiatría institucional-biológico, es fascista -es una amenaza directa a la democracia, a los derechos humanos y a la vida.

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Nota del autor: Esta declaración es una versión ligeramente revisada del original escrito en la primavera de 1998. Siéntete libre de agregar y publicar tus propias razones. Soy un sobreviviente del tratamiento psiquiátrico y activista antipsiquiatría. He estado involucrado en el movimiento de liberación de los sobrevivientes psiquiátricos durante 24 años. También soy co-editor de “Resistencia ante la Psiquiatría: la lucha contra la Psiquiatría en Canadá” (1988), presentador y productor del programa “Shrinkrap” (La trampa psiquiátrica) en la radio CKLN (88.1 FM) en Toronto, miembro de People Against Coercive Treatment (El pueblo contra el tratamiento coercitivo) —PACT, y miembro de la Coalición de Ontario contra la Pobreza (OCAP).

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